Ya estamos de vuelta de un nuevo surftrip.
Como bien saben el principal motivo de cada uno de mis viajes a lo largo de los últimos 25 años es ir en busca de buenas olas.
Esta ocasión no fue distinta, pero sí buscábamos un aliciente más, que fuera un destino con sol para poder escapar de este duro, frío e interminable invierno.
Esas dos razones fueron suficientes para elegir esta isla ubicada en el Atlántico norte.
A pesar que las noticias no paraban de decir que durante unos días de nuestra estancia estaríamos en alerta roja por un gran temporal, pudimos disfrutar del territorio de cabo a rabo.
Fue llegar y besar el santo, lo que buscábamos lo encontramos, desde el primer al ultimo día Neptuno se puso de mi lado y me obsequió con unos días de surf muy buenos en varios spots.
Tuvimos tiempo a todo: surf, visitas, paseos, encuentros, la celebración de un buen cumpleaños y momentos de relax.
Aparte de lo que ya nombre hasta ahora, también aprovechamos la ocasión para ir a conocer una pequeña isla que se encuentra a pocas millas náuticas a la cual se puede acceder mediante un corto viaje en lancha para pasar allí el día.
Aquí hay una de las olas mas largas de Europa, un día bueno en este spot pueden reunirse decenas de surfistas de distintas nacionalidades.
El único medio de transporte que existe para conocer sus fabulosas playas, volcanes o cualquier punto de ella son: tus propias piernas.
En pocas palabras, un pequeño y virgen paraíso terrenal.
Cuanto más viajo más cuenta me doy de lo pequeño que es el mundo, vaya a donde vaya siempre encuentro gente con la que compartí en mayor o menor medida algún momento de mi vida, este es un detalle que me alegra mucho a la par que hace que me sienta orgulloso de lo que hago, de lo que hice y de ser quien soy.
PD: SEE YOU..........
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